Lealtad, la fuerza del alma
"Probablemente nadie entienda mejor la lealtad que aquel a quien le han traicionado alguna vez."
Es una frase que extraje de las muchas que a diario leo , es muy cierta y muy atendible a estos tiempos.
Son las vivencias las verdaderas lecciones que finalmente fortalecen nuestra alma.
Me cuestiono qué se entiende por lealtad y bueno, se suele confundir con la fidelidad y claramente, son términos sinónimos, lo que no implica que sean lo mismo, aunque para los efectos cobren un mismo sentido.
La lealtad es una correspondencia, una obligación que se tiene al haber obtenido algo provechoso, es un valor que va ligado a tu patria, a tu entorno, llámese trabajo, familia, amigos.
La fidelidad es también un valor pero con el compromiso más llevado a una relación de pareja, es una promesa tácita de avanzar juntos, a pesar de las circunstancias.
La lealtad, y fidelidad son estandartes que se llevan en lo profundo del corazón, que van más allá de hermosas pero fútiles palabras y que suelen acunarse en la consecución de nuestros actos. En este plano en que aún no posemos la capacidad para discernir y guiarnos por nuestra intuición, es fácil dejarse llevar por el falso halago o una sonrisa aparente y no poder distinguir entre lo que es verdadero y lo que no lo es. Muchas veces los seres humanos nos encandilamos con el brillo de algo, que si se profundiza en esencia , reviste cubierta de barro, pues es más fácil y rápido transportarnos por esta envoltura. Por eso, es bueno prestar atención a las señales que nos alertan y que muchas veces omitimos por tratar de evitar lo inevitable o no ver lo que es obvio.
Por ej: es común encontrarnos con personas que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerca y cuando dejamos de serle útil, nos abandona sin más. El más frecuente de los casos, es aquellas amistades que salen a divertirse o que están con nosotros en la buenas, pero cuando se atraviesa una crisis real, justifican el alejamiento con un "mejor dejarlos solos ", " le gusta estar solo (a)", " se me va a pegar la mala onda", etc.
A mi modo de ver, existen variadas formas concretas de deslealtad y algunas de ellas, son las que a continuación nos están advirtiendo de esto:
-Cuando alguien hace hincapié en los defectos, de sus pares, lo limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo.
-Cuando se habla mal " a diestra y siniestra "de nuestros jefes, maestros o de las instituciones que se representan.
- Cuando se divulgan confidencias .
- Cuando una persona se queja constantemente del modo o actitud de ser de alguien, sin embargo, se suele en repetidas ocasiones, ver a esa persona acompañada por quien es blanco de estas quejas, felizmente, como si nada.
- El poco esfuerzo que se pone al hacer un trabajo o terminarlo.
- Cuando se cobra por un trabajo o servicio, más del precio pactado.
- Si se comparte la misma profesión u oficio, ofrecer sus servicios en desmedro consciente de un colega.
- La típica postura de la deslealtad, es denominada comúnmente " donde calienta el sol".
Así, no basta contradecir las actitudes desleales para ser leal, es necesario ser consecuente con los valores permanentes, los que de una u otra forma imperan dentro nuestro; pues una situación circunstancial es indicativo de la falta de lealtad ,ya que, éstas sólo subsisten mientras se comparten las mismas ideas.
La persona que convive en un ambiente de diversión , promiscuidad o excesos, mantiene el interés en amistades hasta que la otra se aleje de este ambiente, cuando lo haga, se comienza a hablar mal de quien dejó de participar de sus actividades.
La lealtad es el resultado del darse cuenta de lo que es correcto y no lo conveniente. Por ej. el mentir para encubrir las faltas o carencias de una amistad no nos hace leales, sino cómplices.
La delgada línea que debemos atravesar entre las circunstancias que envuelven el día a día, unidas a las constantes provocaciones a nuestro espíritu, hacen que estos valores parezcan prácticamente dormidos y que algunas personas incluso, tilden a estas virtudes, de calificativos tales como "no acorde a nuestros tiempos" o lisa y llanamente "pasado de moda". Lo que no merma en todo caso, que a partir de nuestras propias convicciones, decidamos ser leales, comenzando desde ya, con nosotros mismos.
"Si en tu caminar, encuentras piedras, esquívalas y también bendícelas, pues ellas te enseñan que has aprendido a sortearlas"